El término trazabilidad está tanto asociado al ámbito empresarial de los sectores de fabricación o alimentación, así como en nuestro ámbito personal, donde también está presente. Es algo innato en nuestro cerebro que nos ayuda a ordenar nuestros conocimientos y recuerdos, a veces de manera rápida, y otras recorriendo un camino complejo en el que es necesario “bucear” entre todas las experiencias vividas y toda la información acumulada.
La trazabilidad en la empresa
Desde un punto de vista más teórico, se habla de trazabilidad al referirse a aquellos procesos preestablecidos y autosuficientes que permitan conocer el histórico, la ubicación y la trayectoria de un producto a lo largo de una cadena de suministros, en cualquier momento dado, y a través de unas herramientas concretas.
Pero ¿qué ventajas nos aporta todo esto y quién se beneficia de la trazabilidad? Poder realizar un correcto seguimiento de suministro nos aporta una serie de beneficios y mejoras a nivel práctico, como la garantía de la entrega exacta de una mercancía y el agilizar un proceso asociado a la expedición y recepción de cualquier tipo de producto.
Gracias a un sistema de trazabilidad bien implementado se puede conseguir:
- Un control individualizado por partida y lote
- La mejora de la gestión del stock
- Un seguimiento de la evolución del producto para controlar su calidad
- Una gran capacidad para detectar, aislar y analizar problemas
- El poder retirar selectivamente productos en el caso de incidencias
En síntesis, la trazabilidad es la propiedad de un sistema que permite tirar del hilo y relacionar todos los elementos que han intervenido a lo largo del proceso productivo al completo.
Es lo mismo si se trata de una empresa industrial o de servicios, que lo exija la ley en su sector o no. Conocer lo que ha ocurrido en cada fase del proceso — con un mínimo detalle — es algo que no se puede dejar como algo accesorio. Por no decir que se torna en algo crítico y fundamental cuando surgen problemas, lo cual nunca es descartable en estos sectores.
En estas situaciones, la única manera de garantizar que se podrá dar con la raíz del problema, siempre será disponiendo de un sistema de trazabilidad.
Fuente: Blog Sage